¿Sabías que 50% de las personas que inician una carrera no llegan a graduarse? Es una media que preocupa, según el Banco Mundial, incluso en tiempos en los que la presencialidad no es un requisito indispensable. Y entonces, ¿cómo solucionamos el problema de la deserción de alumnos?

Para hablar un poco más de números, el New York Times publicó una investigación en la que evidencia que uno de cada tres estudiantes abandona la formación en el primer año, mientras que 56% no obtiene un título. En el caso de México, de acuerdo con Expansión, la cifra de abandono de la academia es de 49.7%.

Es por esto que es propicio hablar de la retención de alumnos, un término en el que trabajaban organizaciones educativas, a fin de ser acompañantes del aprendiz en un proceso muchas veces cuesta arriba. Antes de llegar ahí, es necesario detenernos en las causas, entenderlas y así avanzar a la solución.

Algo pasa y puede ser por alguna de estas razones

Un profesor debe ser afín a sus estudiantes, y solo así podrá descubrir sus aspiraciones en torno a su vida profesional, también vendría bien indagar lo que su entorno ofrece para poder transitar por la vida académica. Así se podrán determinar cuáles son esas razones que los llevan a ser parte de las estadísticas de deserción de alumnos.

• Problemas económicos: hay algunos estudiantes a los que les es difícil costear su educación. Más allá de pagar una matrícula, deben asumir gastos de vivienda, alimentación, viajes, artículos de papelería y bibliografía;
• Mala base académica: muchas veces el alumno que sale de la secundaria no asimiló correctamente los contenidos de esta formación integral o quizás hubo una mala formación, sobre todo en las áreas de castellano y matemática. Esto genera que el estudiante se sienta abrumado;
• Cuestionar la elección: preguntar al alumno si está contento con su elección no es mala idea, al contrario, es un deber. Muchas veces no se cumplen las expectativas del alumno y no es lo que siempre soñó ejercer;
• Conflicto personal: este es un punto que no todos entienden, pues para algunos su vida es estudiar y prepararse, como elección de vida, mientras que otros tienen que lidiar con situaciones complejas de forma paralela; no todos logran un equilibrio;
• Reprobar: hay módulos de contenidos más difíciles que otros, lo que afecta de forma negativa el progreso académico.

Nos gusta que hayas llegado hasta acá y pudieras conocer las causas de la deserción de alumnos y cómo el mundo de hoy permite solucionar esos problemas. Ahora te invitamos a que descubras cómo solucionar este problema en la academia 4.0.

Cambios tecnológicos que hacen la diferencia

En estos momentos donde la conectividad es fundamental, pensar en una institución que brinde esa opción podría ahorrar muchos problemas al estudiante promedio y así evitar deserción de alumnos. Por eso las academias, como las 4.0, se han convertido en un lugar que se ajusta al deseo y a la necesidad de los estudiantes.

A continuación, te damos cinco consejos vinculados a la solución del problema.

1. La virtualización de procesos

Que el facilitador vaya a ti es algo que solo se puede pensar en esta era de la modernidad. Las instituciones deben potenciar este beneficio para que sus alumnos no tengan que moverse de casa o de sus puestos de trabajo a la hora de recibir clases. Facilitar la conectividad y los horarios podrá ser fundamental para que el estudiante decida continuar con su preparación.

2. Salas de estudio en línea

La misión de la mayoría de las academias 4.0 está vinculada a egresar a personas realmente preparadas para ejercer un oficio. Por eso es oportuno habilitar salas de estudios virtuales, donde los alumnos puedan reforzar los conocimientos.

La idea es que este punto de encuentro digital esté supervisado por un preparador o por un docente. Es una buena forma de reducir la frustración en alumnos que no asimilan ciertos contenidos.

3. Bibliotecas virtuales

Ya que el facilitador llega a casa del alumno a través de la virtualidad, es necesario que también se brinden otras herramientas a través de plataformas digitales.

La creación de una biblioteca virtual, donde se compartan guías, documentos, libros técnicos y otras literaturas le permitirá al estudiante consultar en cualquier momento y resolver cualquier duda.

4. Cursos especializados

Si hay algo que se potencia con la virtualidad es la forma particular en la que se atiende al alumno. Incluso, las clases manejan un menor número de asistentes, lo que permite una retroalimentación eficaz.

Asimismo, en la academia 4.0 se realizan cursos especializados que permiten al aprendiz focalizar su preparación en lo que le despierta interés. Motivar siempre y así evitar la deserción.

5. Simuladores para enseñar

Los simuladores virtuales brindan una experiencia interactiva al estudiante, quien tendrá la oportunidad de estar en contacto con situaciones donde deberá desarrollar todo lo aprendido en clase. Este tipo de ejercicios ayudan a los alumnos a reforzar el interés por lo que estudian, lo que permitirá una menor deserción de alumnos.

Entonces, la implementación de metodologías correctas, el ejercicio de herramientas dinámicas y la digitalización son algunos de los aportes de la vida moderna al proceso enseñanza-aprendizaje.

Y, es que cada habilidad que se enseña con todas estas tendencias permite potenciar cualquier oficio desde el primer instante en el que se comienza el estudio.

Esto aplica para todos los niveles de educación, desde primaria hasta el postgrado. Mantener siempre la atención del alumno en lo que estudia y que los formadores tengan la atención puesta sobre él, es la dinámica a emplear. Solo así los alumnos conseguirán resolver problemas, intuir necesidades y aplicar herramientas. Todo esto enmarcado en una experiencia digitalizada.

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